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01/10/2010 / fiestaenlamadriguera

«La excentricidad de Fiesta en la madriguera le permite llevar la lógica a un punto extremo que roza el absurdo»: J. A. Masoliver Ródenas, en cultura/s de La Vanguardia

En la edición del pasado miércoles 29 de septiembre del suplemento cultura/s del diario La Vanguardia de Barcelona apareció un comentario de J. A. Masoliver Ródenas sobre Fiesta en la madriguera titulado «Reyes sin corona».

Masoliver se refiere al carácter excéntrico de la novela señalando que ‘la excentricidad se sale de los límites del diccionario ya que se refiere a la capacidad de llevar la lógica a un punto extremo que roza el absurdo, a ahondar en una situación dramática a través del humor, a subrayar lo que de descabellado tiene la realidad, este caso en la sociedad mexicana actual. No deja de ser significativo que palabras como misterioso, enigmático, patético o sórdido se conviertan en motivos recurrentes que definen una situación muy concreta vista con los ojos de un niño’.

El comentario presenta al protagonista de Fiesta en la madriguera en los siguientes términos:

‘De Tochtli sabemos que es pequeño, aunque ignoramos su edad, que conoce a muy poca gente (las quince personas que trabajan para su padre Yolcaut), que tiene mucho talento y una memoria fascinante y que lleva el pelo rapado porque el pelo está muerto y «es como un cadáver que llevas encima de la cabeza mientras estás vivo. Además es un cadáver fulminante, que crece y crece sin parar, lo cual es muy sórdido». Se explica así su pasión por los sombreros y que le atraigan los hipopótamos enanos de Liberia, porque son calvos’.

De igual manera Masoliver destaca algunos de los rasgos que caracterizan la particular visión de Tochtli:

‘Su visión ingenua resulta, por lo que tiene de descabellada, abiertamente cómica, pero es también inquietante por lo que tienen de extrañas la obsesión por los sombreros —con la inevitable identificación con la supuesta épica machista del desaparecido charro mexicano—, la atracción por los samuráis que le lleva a cambiar su nombre por el de Usagi y a fingirse mudo, la necesidad de pertenecer a una pandilla o su fascinación por la guillotina con la que cortaban limpiamente la cabeza de los reyes, mientras que los españoles «todavía tienen reyes vivos con la cabeza pegada al cuello», los mexicanos usan machetes, y «para ser rey en África hay que matar a mucha gente»‘.

Tras definir Fiesta en la madriguera como el ‘retrato del excéntrico hijo de un narcotraficante’, para terminar el comentario destaca cómo los lectores ‘asistimos a la brutal decapitación de la sociedad mexicana actual’.

El gran acierto de este comentario cuya aparición ha traído una gran alegría a la madriguera es que en él J. A. Masoliver Ródenas logra retratar de manera sintética y contundente el universo y la atmósfera de esta novela.

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